sábado, 15 de mayo de 2010

DETALLES – Parte II

Vamos a seguir compartiendo los detalles de la producción de Solos en la Ciudad y sus curiosidades. Para llegar a esa estética tan deseada todos los integrantes aportaron su granito de arena, y otro de los ejemplos son los cuadros que se exhiben en la parte en la que Flor (Sabrina Garciarena) va a visitar a su amiga a una feria, la cual vale aclarar se montó de la nada sobre un pasillo en una callecita interna de una plaza de Recoleta. Esas pinturas son de la autoría de la artista Alicia Mato, madre del director Diego Corsini, quien también les regaló sus retratos a la pareja protagónica en la fiesta de fin de rodaje tal como se puede ver en las fotos que ilustran esta nota.
Otro dato para destacar de Mato, que también es psicóloga, es que los ensayos previos al comienzo de la fotografía principal se realizaron en su consultorio. Esto dio lugar a verdaderas sesiones de terapia de pareja (por la temática del film) donde Felipe Colombo y Sabrina Garciarena generaron la gran química que se puede ver en pantalla. El objetivo de esto fue para que se pueda practicar en un ambiente más contenido, algo que no se iba a poder lograr en las oficinas de Sudestada.
En otras oportunidades hablamos de la exigencia y la importancia de la paleta de colores en la película, y esto no sólo se trasladó en los escenarios sino también en el maquillaje y la ropa de los actores. Tal es el caso de la apariencia de Flor que a medida que va pasando el tiempo presenta la sombra de sus ojos corrida y un cansancio que se hace notar.
Su guardarropas se basó en los dorados y amarillos, y el vestido que luce en gran parte de la película fue hecho especialmente para la ocasión por el diseñador Leandro Domínguez.
En el caso de Felipe Colombo se optó por los plateados y grises para complementar y contraponer a su pareja en la ficción. El traje que usa durante toda la película es de él (obvio que fue lavado) y los zapatos (que los rompió durante el rodaje) son de Corsini. Para el resto del elenco también se eligieron colores determinados, siempre en tonos vivos tanto primarios como secundarios: violetas, verdes, azules, rojos y naranjas son los que más se notan, como por ejemplo en el caso de la amiga hippie de Flor, ella luce los violetas. Y los personajes que interpretan Laura Azcurra y Luciano Leyrado (quienes son amigos desde la adolescencia de Gastón Rothschild, uno de los productores) están vestidos de rosa y celeste, respectivamente, para emular a la nena y el nene.
Otra curiosidad es que Felipe Colombo manejó realmente el Fiat Uno (con el director escondido en el ínfimo espacio entre los asientos traseros y delanteros) y rompió la cerradura de la puerta.
Para concluir los datos que ya dimos en cuanto a las locaciones ahora agregamos que los realizadores tuvieron que ingeniársela para ocultar un escenario gigantesco que había plantado el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para un recital al lado del Planetario, y que la casa de la pareja fue pintada por la producción y los colores usados fueron minuciosamente seleccionados pero no podemos decir el motivo porque se estaría revelando una parte importante de la trama.





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